En cuidados intensivos, la intuición clínica guía, pero los números orientan.
El SOFA-2 (Sequential Organ Failure Assessment) traduce la observación en evidencia: cuantifica la disfunción orgánica para anticipar desenlaces.
Cada punto representa una falla que avanza; cada parámetro —PaFi, bilirrubina, plaquetas, creatinina, Glasgow, PAM o necesidad de vasopresores— compone un retrato dinámico del paciente crítico.
Interpretarlo no es solo sumar valores: es comprender la fisiología detrás del número y la trayectoria de quien lo encarna.
En AESKVLAPIVS, el cálculo SOFA-2 se integra automáticamente en el registro clínico intensivo.
No como un dato aislado, sino como parte de una secuencia viva: ingreso, evolución, reevaluación, decisiones terapéuticas.
La tecnología ordena; la mente clínica interpreta.
Cada reevaluación es una oportunidad de corregir el rumbo.
Porque en la UCI, el tiempo y la precisión son aliados o enemigos según cómo se les mida.