¿De qué sirve entender la biología de una enfermedad si ignoramos las condiciones en las que la gente vive, trabaja y se relaciona?

Esa fue la pregunta que guió a Leonard Syme, profesor de la Universidad de California en Berkeley y pionero de la epidemiología social.

 Su formación no fue médica, sino en sociología y ciencias sociales médicas (Yale). Desde ahí demostró que:

  • La pobreza, el aislamiento y la discriminación enferman tanto como un virus o una mutación genética.

  • La falta de control sobre la propia vida genera estrés crónico que deteriora la salud.

  • Los determinantes sociales de la salud (trabajo, educación, cultura, apoyo comunitario) son tan importantes como la fisiología.

Syme fue mentor de Michael Marmot, quien después lideró los famosos estudios Whitehall en Inglaterra, que mostraron cómo la desigualdad social impacta directamente en la mortalidad.

 Su legado es claro:
La salud no es solo biología, es también sociedad, cultura y entorno.

Hoy, su visión sigue viva en cada programa de salud pública que busca no solo tratar enfermedades, sino transformar las condiciones sociales que las originan.